Una muy buena escritora, de las que tratan emociones infantiles con sutileza, es Patricia Maclachlan. Estaria muy bien que salieran nuevas ediciones de Sarah, sencilla y alta, y sus continuaciones, Como una alondra y Caleb. Hay que decir que no a todos les gusta su estilo superlacónico, de los que un escritor busca para conseguir provocar emoción por una resistencia a la emoción, como decía Robert Bresson. Pero a mí me parece formidable.
20 julio, 2011